Ciudadanos en desarrollo

¿En qué medida los grandes maestros o pedagogos pretenden cambiar la sociedad en la que viven ?

El profesor acompaña a los alumnos a lo largo de su infancia y adolescencia, periodos claves de la construcción de un individuo. Por lo tanto, dado el predominio de su papel, uno se pregunta en qué medida los grandes maestros o pedagogos pretenden cambiar la sociedad en la que viven. En primer lugar, vamos a ver que los profesores se adaptan a los cambios de la sociedad. Luego, veremos que transmiten valores fundamentales. Por último, estudiaremos el aula como una microsociedad.

Los maestros deben primero adaptarse a los cambios de la sociedad, en constante evolución. Ferrer y Guardia conoció la revolución industrial y parece que construyó la Escuela Moderna como un « instrumento de emancipación proletaria » (l.10, « Ferrer Guardia y la pedagogía moderna »). De este modo, según él, la escuela tiene una misión social : proporcionar la equidad, compensar "la lotería social" y borrar las injusticias de la nueva sociedad industrial. Por lo tanto, se abre la Escuela Moderna por la mañana y por la noche fuera de las horas regulares para que los niños cuyos padres trabajan no sean abandonados a sí mismos. Estas cuestiones siguen siendo relevantes y, en una sociedad en la que Internet ofrece un conocimiento infinito, el rol del profesor está en constante reconceptualización. Como se explica en el artículo sobre César Bona, « la sociedad en la que vivimos es muy diferente a la que existia hace unas décadas » (l.27). Ya no es útil aprender sus lecciones de memoria sino que tenemos que desarrollar la singularidad de cada niño y nuevas habilidades como el potencial emocional y la creatividad. Por eso, César Bona adapta sus procesos de enseñanza y aprendizaje para que sus alumnos puedan « mirar alrededor, imaginar, sentirse creativos y que esa curiosidad innata sea el motor que los mueva ». (l.29).

Además, los profesores tienen un papel privilegiado en la educación de los niños ya que a menudo representan un modelo a seguir y que tienden a imitar en su vida. El alumno está muy influenciado por lo que su maestro le puede enseñar. Los grandes pedagogos lo saben e intentan transmitir a lo largo de la escolarización los valores que impulsan los niños a participar en la sociedad y a cambiarla. La estrategia de Ferrer y Guardia para abrir las mentes de sus alumnos y hacer que piensen de manera diferente pasa a través de la lectura, especialmente con Las aventuras de Nono, un libro que trata de una sociedad particularmente feliz, en paz, sin racismo y donde el dinero no tiene ningún valor. Los profesores también preparan a los alumnos para que sean ciudadanos futuros. Para transmitir los valores fundamentales de la convivencia, los profesores invitan a sus alumnos a trabajar en equipo, escuchar lo que el otro tiene que decir y hablar con los demás para entenderlos mejor. No hay que olvidar tampoco que un buen maestro muestra a su alumno lo que hace bien y no lo que no logra hacer, para darle confianza en sí mismo. De esta manera, estimula la iniciativa y fomenta los estudiantes a pensar en grande y comprometerse en proyectos.

Por último, la escuela como institución social y el aula como grupo representan un sistema de normas, valores y roles. Esto nos da a entender que la escuela es en realidad una pequeña sociedad, o como la llama César Bona una « microsociedad » (l.3). Para él, es muy importante que los niños « se sientan implicados en clase » (l.2). Piensa que el papel del profesor es primero aprender el respeto. En efecto, dentro de pocos años, sus alumnos van a ser los « futuros presidentes del gobierno, el marido que respetará a su mujer y la mujer que ayudará a los demás». Sin considerar a sus alumnos como adultos, un buen profesor debe sin embargo ser consciente que enseña a ciudadanos en desarrollo. Para crear un mundo mejor y ser habitantes mejores hay que empezar en la escuela. Porque sabe que es desde la infancia que los alumnos aprenden a través de la socialización en la escuela a encontrar su lugar en la sociedad, César Bona da un papel a cada uno de sus alumnos, como jefe de reciclaje, defensor de la lectura, abogado, historiador o encargado de la lista negra de los que hablaron demasiado.

De este modo, el profesor, como formador de generaciones de alumnos, puede mejorar la sociedad y cambiarla. El rol del profesor no acaba en la puerta de las aulas y no sin razón se dice de algunos profesores que influyen sobre nuestras vidas para siempre.

Sarah (TL)